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La salud dental, uno de los 8 chequeos básicos anuales para saber que todo está bien.

No es obligatorio hacerlos, pero para saber si gozamos de buena salud es importante incluirlos en nuestra agenda anual. Os presentamos los ocho chequeos básicos que hay que realizarse en caso de querer estar tranquilos de que todo funciona en nuestro organismo.

Una analítica básica. Es un pinchazo cuyos resultados darán a conocer nuestro estado general de salud. En pacientes sanos, se aconseja una analítica anual que incluya un hemograma, un perfil de bioquímica y un TSH (valoración de tiroides). En la mujer, se sugiere realizar la analítica para detectar posibles anemias, que pueden ser secundarias a menstruaciones abundantes, en cuyo caso deberíamos suplementar con hierro. En las pruebas rutinarias en personas sanas se pueden detectar problemas asociados a niveles altos de glucosa, colesterol y otras grasas, que permiten iniciar prevención y tratamiento de forma precoz. En los varones, a partir de los 45 años, se incluye el PSA (marcador de próstata) por su tendencia al aumento de tamaño y para la detección precoz de problemas prostáticos.

Control de presión arterial. Según la OMS, la hipertensión es una enfermedad que ya afecta a mil millones de personas en el mundo. En Europa, uno de cada tres adultos la padece, con el riesgo que implica a la hora de causar cardiopatías o accidentes cerebrovasculares. Se considera hipertensión a partir de unos valores de 14-9. Los médicos insisten en la importancia de someterse a estos controles. Pueden realizarse un par de veces al año si el paciente está sano. Lo ideal es una medición en verano (cuando la tensión arterial suele estar más baja) y a otra en invierno. Las revisiones ayudan a detectar patologías que se pueden prevenir o retrasar ajustando dietas, hábitos de vida o tratamientos precoces.

Las hormonas: El perfil hormonal es como el “hall” del organismo. Las hormonas son grandes indicadores de que algo no va bien. El análisis hormonal y de tiroides es la gran medicina preventiva con mayúsculas. Somos el resultado de un complejo entramado bioquímico. En el caso de las mujeres, es mucho más importante y se espera que el perfil hormonal femenino forme parte de cualquier revisión médica pronto. La prueba es muy sencilla. Basta extraer la sangre y los resultados los puede valorar un endocrino o el especialista de medicina general. Una vez al año conviene repasar al menos los niveles de estradiol (favorece la restauración ósea, protege el sistema circulatorio e interviene en la generación de las proteínas del hígado), la progesterona (con un papel vital en el embarazo y el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios), la hormona foliculoestimulante (permite confirmar la llegada de la menopausia), la luteinizante (se produce en la glándula pituitaria y se vincula a afecciones como quistes ováricos) y la prolactina (indicativa de tumores hipofisiarios e infertilidad).

 

¡Esto nos interesa mucho a nosotros!

Repaso dental. La salud bucodental española está aún muy por debajo de la media europea. Según los últimos datos presentados por la Organización Colegial de Dentistas de España, el 93 % de la población tiene caries. Si acudimos cada año al odontólogo se podrá detectar de manera temprana cualquier patología, ya sea una caries o un problema periodontal. La detección precoz, además de facilitar el tratamiento, implica menos molestias para el paciente. No es lo mismo tratar una caries en estado inicial que otra en estado avanzado, que puede exigir endodoncia o extracción. La clave es acudir al dentista antes de que duela. La limpieza dental también es obligatoria e improrrogable. La acumulación de placa bacteriana que no se retira de forma correcta puede afectar a la encía y al hueso, que sirven de soporte al diente hasta que se acaba cayendo.

El Control respiratorio. Respirar bien en apariencia no basta. Los doctores proprevención aconsejan revisar el aparato respiratorio cada uno o dos años. La prueba más común es la espirometría, que consiste en medir el flujo de aire en los pulmones. Para llevarla a cabo, el paciente solo tiene que respirar dentro de una boquilla conectada a un espirómetro que registra los datos». Con este reconocimiento, se busca prevenir la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).

El examen visual.  No hay que esperar a notar síntomas visuales o baja visión para ir al oftalmólogo», insiste. Este test puede diagnosticar alteraciones oculares importantes antes de que presenten síntomas, mejorando en muchos casos su pronóstico. Las enfermedades relacionadas con la edad son la causa más frecuente de pérdida visual, siendo la degeneración macular y el glaucoma sus máximos exponentes. Las revisiones oculares periódicas a partir de los cincuenta años deberían ser la principal medida a tomar en cuenta para diagnosticar precozmente estas enfermedades y así mejorar su pronóstico. El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico, que es el responsable de enviar la información visual desde el ojo hasta el cerebro. Hoy por hoy, no se puede recuperar el tejido nervioso que se haya deteriorado antes del diagnóstico, pero sí se puede evitar que el daño al nervio continúe avanzando.

La revisión dermatológica, muy importante. Tenemos dos metros cuadrados de piel. Es el órgano más extenso de nuestra anatomía. Es buena idea acudir una vez al año (o cada seis meses si hay mayor riesgo de lesiones: muchos lunares o piel muy blanca) a la consulta del dermatólogo para estudiar a fondo la evolución de estas manifestaciones dérmicas. El método más avanzado de control consiste en revisar la piel con un aparato que amplía por 10 el tamaño de los lunares. Lo más importante es que las fotos se archivan y se pueden realizar comparativas en las revisiones posteriores.

Por último y solo para mujeres: Todas las mujeres deben hacerse una revisión ginecológica al año. A la hora de realizar revisiones ginecológicas, hay que tener en cuenta dos factores: la edad y los antecedentes personales o familiares de la paciente. Los controles ginecológicos deben empezar a realizarse a partir de los 18 años o en el momento del inicio de las relaciones sexuales. La revisión completa ha de incluir cinco tipos de pruebas como mínimo en pacientes sin antecedentes: exploración mamaria; citología, coloposcopia, tacto vaginal bimanual y ecografía ginecológica transvaginal. La frecuencia de la realización de la citología (para la prevención del cáncer de cérvix) también dependerá de la persona y de sus antecedentes. Esta puede ser alternada por el examen del papiloma (HPV). Aunque no se tengan antecedentes, a partir de los 40 años es importante realizar una mamografía al año.